Conectividad y apropiación digital para la resiliencia climática en zonas rurales

[In English] Pensar la tecnología digital para la crisis climática y ecológica desde el Cono Sur. ¿Cómo terraformamos las zonas rurales de países como Paraguay que están sufriendo agudamente las consecuencias de la crisis climática y ecológica? ¿Qué papel tiene en esa terraformación las tecnologías digitales? En el 2023, trabajamos en asociación con TEDIC y el Comité de Mujeres Kuña Aty de Táva Guaraní (ambas organizaciones paraguayas), en un proyecto que trata de vincular las transiciones digitales y energéticas desde conceptos como la justicia climática.

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Como demuestran las cifras, cuando hablamos de crisis climática, ni las responsabilidades ni las consecuencias se reparten por igual. Las personas y países más empobrecidos son las que más están sufriendo esta crisis, pese a ser precisamente las que menos responsabilidad tienen. Esta crisis ha sido provocada por el desarrollo industrial de los países desarrollados, en primer lugar, y desplazada a países periféricos al descolocar las cadenas de producción. Así, en los países de renta alta, donde solo vive una sexta parte de la población mundial, se calcula que emiten 44 veces más CO2 que aquellos de rentas más bajas.

En este contexto, la justicia climática se remite fundamentalmente a prestar atención a cómo el cambio climático impacta a las personas de manera diferente, desigual y de forma desproporcionada, así como a remediar esas injusticias de manera justa y equitativa. Sus objetivos son reducir la marginalización, la explotación y la opresión, y reforzar la equidad y la justicia. En otras palabras, la justicia climática reclama sobre las formas reduccionistas de ver el problema del calentamiento global como una cuestión científica o meramente económica, y lo reubica en lo moral y en las preocupaciones de justicia. En ella, por cierto, el feminismo interseccional juega un papel fundamental, pues permite fijar la atención en las relaciones de poder que confluyen en las afectaciones de la crisis climática y ecológica, siendo el género, la raza, la clase social y otras jerarquías sociales claves para el análisis de la justicia climática.

A pesar de que estas injusticias son parte de la discusión de política pública en torno a la crisis climática y ecológica, la justicia climática muchas veces se concibe como un extra posterior a una política, pero no como su objetivo central, lo que termina haciendo que las personas sean olvidadas por sobre objetivos meramente económicos de la transición. Este es el caso de un concepto cada vez más popular y que atañe directamente a las políticas digitales: las transiciones gemelas. Con esta última aproximación, se busca empalmar la urgente transición a energías verdes que requiere el mundo con la digitalización de la economía, en el entendido que ambas transiciones (la verde y la digital) son igualmente dependientes la una de la otra y serán la clave para la mitigación climática.

Este documento tiene como objetivo comprender cómo la transición digital, en un contexto de transiciones gemelas, debe pensarse desde la justicia climática porque, en caso contrario, los más rezagados de la digitalización que, además, son los que más sufren los embates de la crisis climática y ecológica, serán de nuevo olvidados. Y para hacerlo, no solo se revisa críticamente el concepto de transiciones gemelas, sino que también se centra en las necesidades de conectividad de la comunidad de mujeres rurales de Táva Guaraní del departamento de San Pedro, Paraguay.

En una discusión sobre las transiciones gemelas que viene impulsada desde el Norte Global, consideramos importante que la política pública que busca unir la transición a energías verdes con la digitalización de la economía no solo escuche a las comunidades más afectadas por la crisis climática y por la falta de conectividad digital significativa, sino que sea una inspiración importante para que la justicia esté en el centro de las transiciones gemelas. Por tal motivo, este documento también se centra en brindar algunas recomendaciones de política pública para las partes interesadas, incluyendo abogar por un fondo solidario internacional para la infraestructura y conectividad para la mitigación climática, siguiendo la lógica y experiencia de los fondos de compensación por pérdidas y daños que impulsan los mecanismos climáticos de Naciones Unidas (fondos especiales de los países ricos que buscan compensar las consecuencias negativas del cambio climático en los países más afectados que no contribuyeron a la crisis).

Documento en castellano, aquí.

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